Noticia publicada en diario Noticias de Alava

 

Larga vida al bolo alavés

El histórico deporte surgido en Álava hace siglos sobrevive hoy en día gracias al trabajo de un pequeño grupo de apasionados. Con cerca de un millar de fichas, la ausencia de un relevo generacional claro amenaza el futuro de esta otrora actividad lúdica.

David Ortega

- Sábado, 7 de Noviembre de 2009

 

sus vestigios se remontan tantos siglos atrás que resulta difícil retrotraerse a la época exacta en la que el territorio alavés vio nacer una modalidad lúdica a la que acabarían bautizando con su propio nombre para diferenciarla de sus hermanas. Las primeras pruebas documentadas de su práctica datan del siglo XV, por lo que a falta de dos meses para entrar en pleno año 2010 resulta descorazonador atisbar un futuro tan incierto para un deporte con un bagaje tan rico y autóctono como el bolo alavés.

Pero la realidad es diáfana y puede ser comprobada por cualquiera que se acerque a una de las boleras que pueblan la mayor parte de las localidades de Álava y su capital. Vacías y largamente impracticadas por un lado, o plagadas de jugadores de avanzada edad que constituyen el último refugio al que se aferra esta histórica modalidad deportiva. Ante esta tesitura, podríamos decir que el futuro del bolo alavés no se presenta demasiado halagüeño a simple vista. Podríamos decirlo, pero quizá nos equivoquemos.

Como los habitantes de la famosa aldea gala creada por Goscinny y Uderzo, el territorio alavés cuenta con un pequeño grupo de anónimos protagonistas que lucha por la supervivencia de una práctica que nació por y para el pueblo. Andoni Álvarez es probablemente su punta de lanza. Secretario general del Club Araba, desde esta asociación fundada en 1984 engloban ya a la practica totalidad de aficionados locales al bolo alavés, y hace unos años decidieron que, si su pasión acababa extinguiéndose, no sería por no haber luchado lo suficiente. Conscientes de que su porvenir pasa por los más pequeños, hace ocho años se embarcaron en una aventura marcada por un conocido dicho popular: "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma".

bolera en los colegios Construyeron nada menos que una bolera portátil, y con ella a cuestas recorren los colegios para dar a conocer este histórico deporte entre los únicos encargados de perpetuar su existencia. "Decidimos que había que ir donde estaban los chavales, así que llevamos la bolera donde nos lo piden y la instalamos en dos o tres horas para impartir los cursos", explica uno de los responsables del Club Araba, que con la bolera a cuestas han recorrido localidades como Labastida, Llodio, Amurrio, Agurain o diferentes colegios de Vitoria como el Koldo Mitxelena, Corazonistas, Marianistas…

La edad media de los jugadores de este deporte, con casi seis siglos de historia, roza hoy por hoy los 80 años

En definitiva, un pequeño gran gesto del que confían en sacar sus frutos a largo plazo, pues la edad media de la mayoría de los jugadores actuales "roza los 80 años" según Andoni. Eso sí, para su alegría, las cosas ya están cambiando poco a poco. "No es difícil ver en los torneos a abuelos que acuden a jugar con sus nietos o incluso a familias enteras. No voy a decirte que estamos viviendo un auge porque mentiría pero, sin ser excesivamente optimista, entre todos podemos conseguir que no se muera. A mí por lo menos no me gustaría acudir al entierro del único deporte puramente alavés que tenemos", sostiene con rotundidad.

Más confiado se muestra Alfredo Rebolleda, presidente de la Federación alavesa de bolos, que considera que esta actividad "está en uno de los mejores momentos de su historia, con más de mil federados y multitud de torneos para que la gente participe". Todo un veterano del mundo del bolo, el máximo dirigente de este deporte en Álava recuerda que, cuando la federación fue creada en el año 1965, "el bolo alavés estaba prácticamente desaparecido, con apenas 200 fichas, y en sólo unos años empezó a subir y tener mucho más auge". Su fomento desde esta agrupación, que engloba hasta nueve modalidades de bolos diferentes, contribuyó en la década de los 70 a que la población alavesa retomara una práctica que hasta entonces se había visto reducida al ámbito meramente lúdico.

Con el tiempo, la implantación de decenas de torneos y competiciones diferentes animó a que aquellos que sólo veían el bolo alavés como un juego para apostar comenzaran a unirse en equipos para representar a sus respectivos pueblos o barrios, aunque en las localidades más pequeñas ahora estén empezando a quedarse sin representantes para formarlos. "Hay pueblos que han dejado de participar en el campeonato Interpueblos (uno de los más importantes del calendario actual) porque no tienen gente. Los jóvenes no se interesan a ese nivel y los mayores ya no están para jugar. Ahí es donde existe uno de los principales problemas", explica Jesús García, presidente del Club Araba, mientras su compañero Andoni Álvarez recuerda que "es cierto que en los pueblos se van rehabilitando las boleras, pero lo importante no es que estén practicables sino que se vean practicadas".

En lo que respecta a la capital alavesa, ambos son bastante críticos con las instituciones encargadas de promover los medios necesarios para incentivar a los aficionados. "Estamos trabajando para que el Ayuntamiento abra una bolera cubierta más, pero está complicado", lamenta Jesús. Y es que en Vitoria resulta complicado practicar este deporte en pleno invierno en las boleras descubiertas habilitadas en algunos barrios. "Te dicen: "¿para qué queréis otra bolera si las que están no se utilizan?", pero como no regalen botas de agua junto a ellas ya me dirás cómo va a poder jugar la gente allí. Además, las de Los Fueros y Abetxuko están saturadas. ¿Cuántas boleras se pueden hacer con lo que cuesta una sola pista de pádel?", pregunta irónico Andoni.

De cualquier forma, las instituciones tienen la llave para que en el futuro los niños a los que esta asociación busca en los colegios dispongan de un lugar en el que contribuir cuando crezcan a que el bolo alavés no sea objeto de un bonito epitafio. La bola ya ha sido lanzada. Sólo queda esperar para comprobar cuántos bolos serán derribados.

las claves

Al igual que ocurre con el bolo alavés, en otros territorios europeos existen prácticas deportivas minoritarias que asisten en esta época a un olvido generalizado incluso en sus lugares de origen. Para evitarlo, en abril de 2001 las diversas asociaciones deportivas de toda Europa que comparten esa posible y no deseada desaparición decidieron unirse para crear la Asociación europea de juegos y deportes tradicionales, de la que el Club Araba es miembro fundador. De hecho, cuando acudieron a la localidad francesa de Lesven para instaurar la asociación, el deporte alavés fue uno de los que más éxito obtuvo entre los asistentes. "La gente hacía cola para jugar", rememoran desde el Club Araba. Entre sus planes destaca la creación de un proyecto global de documentación para que el paso del tiempo no condene a estos deportes autóctonos al anonimato.

"Los pueblos rehabilitan las boleras, pero no vale con que esté practicable, sino que sea practicado"

andoni álvarez

Miembro del Club Arana

"El bolo pasa una de las mejores etapas de su historia, con más

de mil federados"

alfredo rebolleda

Presidente de la Federación de Bolo Alavés